Farándula

Entre los hombres rigurosos, y el Presidente lo es, la intimidad es cosa púdica y extremadamente preciosa. No soy histrión. Valoro en un político su capacidad oratoria, apresto académico y su juicio de la historia.
Ahora, cuando se discute la relación entre política y farándula, ¿Alguien puede creer que mi Dedo fue marketing farandulero? ¿Alguien puede comparar ese gesto viril, con disfrazarse de Aymará y rogar a la Pachamama?
Aprecio mi vida privada. Por eso, no comprendo como, hace años, hicieron sombría y funesta farándula, e intentaron desatar pasiones bajas con mi vida privada. Unos publicistas, hombres de televisión, camarógrafos al servicio del tirano usaron a mi ex esposa, madre de mis hijos, de quien yo estaba divorciado hace años.
En general, no tengo memoria para los insultos que se han cometido contra mía. Si no he perdonado, ello se debe a que he olvidado. Y tengo adversarios a los que honro.
Pero en este caso, ninguno ha pedido disculpas. Al contrario, creo que aún miran de reojo, aún aman las guaridas, las puertas traseras y las maniobras furtivas.