Allende

Es un momento para el recogimiento.
Recogimiento ante un acto poético: la quijotada suprema del Presidente Allende.
Un acto bello de renuncia personal.
En consecuencia, es también un momento para la reflexión. Reflexión de un país donde cada día más ese gesto se convierte en un acto de memoria.
Las últimas palabras del Presidente Allende no fueron expresiones de cólera, menos de resentimiento. Fueron expresiones que aludieron a un futuro de creación, de imaginación, de música, de poesía.
“Otros hombres y mujeres superarán este momento amargo”
Hoy es el futuro del que hablaba Allende.
Son los jóvenes de hoy los que tienen la palabra.
Este sería el mensaje de Allende:
Que cuando algún joven o jovencita ingrese a algún lugar que levante un viento que le haga bien al mundo.
Que sean bellos y hermosos como Allende, bellos y hermosos como un melón, como una jirafa o como una luciérnaga.
Que cuando hablen del país o cuando hablen de una lechuga desaten en los demás tantas ganas de escuchar y de participar.
Propongan cosas, armen debates.
Publiquen manifiestos.
Hagan blogs originales, abiertos al mundo.
No tengan miedo, no tengan miedo a nadie ni a nada.
Sean creativos, sean talentosos.
Sean sugestivos, delicados, amorosos.
O sean sorprendentes o gozosos.
Sean emotivos, alucinados o sensuales.
Sean libres, sean cometas, arco iris, uvas.
¡Viva la imaginación! ¡Viva la creación!
Ustedes son los otros hombres y mujeres que habló Allende.
Los chilenos que no habían nacido en ese entonces.
Crean en ustedes.
Cambien todo lo que Chile tiene que cambiar.
Sólo así las anchas alamedas finalmente se abrirán para todos los hijos de esta tierra. Será un Chile mejor.
No habrá ninguno como él.